Una pena inmensa ver que un Estadio histórico como el “Manuel Gómez Arellano” solo haya servido para que José Gálvez FBC juegue un solo partido contra la Universidad César Vallejo por la 3º fecha del Apertura 2013. Luego de ello, todo fue promesas, cuentos y engaños que se volvería a usar como un fortín o una caldera contra todo equipo que llegase a Chimbote para enfrentar al representativo galvista.
Primero fue Defensa Civil, quien luego de una inspección técnica prácticamente le bajó el dedo a su precaria infraestructura, argumentando que las paredes del cerco perimétrico están a punto de colapsar, los pasadizos son estrechos, los baños una inmundicia, que solo tiene dos camarines y que las cabinas de prensa parecen gallineros sin ninguna seguridad para los periodista deportivos nacionales.
Luego, vino el reclamo de los propios jugadores galvistas y el comando técnico, quienes manifestaron que el campo de juego no sirve, porque solo estaba “maquillado”, al presentar un sin número de huecos y grietas que son una trampa mortal para que se quiebre el tobillo o se lesione de consideración cualquier jugador.
La administración del Estadio que recayó en el servil e incondicional “comando” Carlos Rivadeneyra Bolaños fue inútil para mejorar y sub sanar las deficiencias señaladas, es más, fue incapaz de gestionar ante los entes respectivos el adecuado mantenimiento para que sus instalaciones sirvan para jugar un campeonato profesional de fútbol.
Hoy, a más de año y medio de su inauguración y reapertura oficial, el histórico Estadio MGA simplemente se cae a pedazos ante la orfandad de quien lo cuida y su césped cada vez está seco y agujereado por la falta de atención de quien tiene el encargo de preservarlo.
Desde mediados del año pasado y sobre todo este año 2014 las autoridades, los dirigentes del José Gálvez y el propio entrenador Julio Zamora anunciaron su reapertura para que el equipo de la franja liquide a sus adversarios en esa caldera, sin embargo todo fue mentira.
Las imágenes actuales nos dicen que todo ha sido una burla para el aficionado y el pueblo chimbotano, quien creyó en la promesas del administrador Carlos RIvadeneyra (a) Calín, de quien se confirmó, no le interesa para nada que Gálvez juegue en el MGA pues allí no existen los palcos suites que tiene el Estadio Centenario de donde se “recauda” a espaldas del club.
Fotos: Diego Cuadra
Sin embargo no se puede tapar con un dedo la incapacidad
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