LA CANTIDAD ENORME DE DINERO QUE CUESTA EL SER POBRE EN
CHIMBOTE
Por César Sánchez*
Si yo fuera millonario y viviera en Chimbote, si tuviera
mucho dinero o lo suficiente para comprarme una camioneta del año, aunque sea
de segunda, o si al menos la gente dijera al verme: mira, es César Sánchez,
tiene dinero, como suele decir la gente en Chimbote, sentiría vergüenza si no
hiciera nada por cambiar mi ciudad. Si tuviera una camioneta BMW X6 sentiría remordimiento
manejar por la avenida Gálvez, llena de basura, caos vehicular y delincuencia. Unas
zapatillas Nike Air Max me harían sentir miserable si tuviera que caminar por
las veredas de Leoncio Prado, mal hechas, feas y sucias. Si quisiera ver noticias
sobre Chimbote y tuviera un televisor Sony Bravia Full LED HD y sintonizara
canales “comandos”, sentiría una náusea sartreana, un sinsentido de la razón y
la decencia.Si estuviera en una discoteca de Chimbote y pudiera gastarme 450
soles en una botella de whisky pero no hubiese un teatro donde disfrutar de un
espectáculo artístico, me sentiría ridículo.
(A propósito, he visto a los más populares de las
discotecas, los que saludan como candidatos presidenciales a todo el mundo, al
siguiente día deambular como almas en pena sin que nadie siquiera les levante
una ceja).
Si les hubiese comprado a mis hijos una laptop MacBook
Apple Pro, pero no tuvieran una librería en Chimbote donde comprar una obra
literaria, me sentiría un mal padre.Si tuviera un celular iPhone 5 pero
recibiera llamadas de extorsionadores todos los días, me sentiría deprimido. Si
tuviera el dinero para enviar a mis hijos a estudiar Derecho a la mejor
universidad europea pero aquí yo consintiera que los jueces y fiscales se
burlen de la ley y que muchas de nuestras autoridades seanlas menos preparadas
del país, me sentiría desgraciado. Y si yo hubiese hecho mi fortuna a punta de
diezmos del 30%, a costa de la explotación de otros chimbotanos y embaucando a
mi propia ciudad, me sentiría autoexiliado, incluso viviendo acá. No me
permitiría el honor de llamarme “chimbotano”.
Si yo fuera millonario y viviera en Chimbote y no hiciera
nada sino subir los vidrios de mi carro o cambiar de canal, si no me
comprometiera con el desarrollo sociocultural de mi ciudad o no exigiera que quienes
deben hacerlo lo hagan, seguro que sería uno más de los que son tan pobres que
solo tienen dinero.
En cambio, si yo no tuviera dinero y fuera una persona
muy humilde y viera que mi ciudad vive así como vive ahora, si no hiciera algo
para cambiar esa realidad que es mi realidad, sentiría que mi pobreza no
solamente me carcome el cuerpo, sino también el espíritu. Si yo fuera pobre y
para comer tuviera que recibir las migajas de la corrupción y los favores de la
mafia, ya no solo sería pobre, sino que además sería miserable. Si viviera en
la pobreza me preguntaría: ¿hasta cuándo me durarán los artefactos, los 20
soles, las promesas? ¿Tendrán mis hijos también que vivir de la caridad, recibiendo
un kilo de arroz y azúcar? ¿Mi miseria es la que quiero para ellos? ¿No sería
mejor que inauguren bibliotecas en lugar de lozas de fulbito en mi barrio y que
la inmensa cantidad de plata que se gastan en cumbiamberos se invierta en
actividades culturales? ¿No sería mejor tener trabajo que recibir propinas?
Si yo fuera millonario o pobre en Chimbote, igual hubiese
marchado contra la corrupción, el sicariato, la impunidad y me comprometería
con la paz y el progreso, porque la bestialidad y elsubdesarroyo en el que
vivimos a todos nos afecta, impidiéndonos disfrutar de la riqueza de nuestra propia
ciudad, pues cuesta una cantidad enorme
de dinero el ser pobre** en Chimbote, seamos millonarios o no.
*Lima, 1985. Escritor, gestor cultural
y especialista en Políticas Públicas y Gestión Pública de la Escuela de
Gobierno de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
** César Vallejo.